Cuando era más pequeña, mi padre trabajaba en la empresa de
Gas Natural. Nunca había pensado en ello, pero con esta práctica me he dado
cuenta de cómo aquello influyó en nuestra vida familiar, dado que mi padre nos
informaba y nos contaba cosas sobre este gas.
El gas natural emite muy poco CO2 dado que, como el propio
gas indica, es natural, y no butano o propano, es decir, ahora mismo puede ser
el gas que menos contamine, es un gas limpio.
Mi padre contaba en un ambiente familiar cosas sobre este
tipo de gas. De lo que me acuerdo es de que se extrae del subsuelo y lo que más
produce es vapor de agua; contamina muy poco y por diversas razones. Las
consecuencias atmosféricas del uso del gas natural son menores que las de otros
combustibles por diversas razones, como por ejemplo la pureza de este
combustible, que lo hace apropiado para su empleo con las tecnologías eficientes
(generación de electricidad, producción simultanea de calor y electricidad,
climatización…) y además se puede emplear como combustible para vehículos tanto
privados como públicos, mejorando la calidad medioambiental de las grandes
ciudades.
Mi padre, junto con esto, nos hablaba también de los
aerogeneradores y las placas fotovoltaicas. Producir energía con estos sistemas
es muy caro, es decir, la inversión que hay que hacer para construirlos es muy
grande, además, la limpieza y reparación de ambos sistemas es también muy
costosa, pero cuando todo esto ya se ha llevado a cabo, solo queda aprovechar
el sol y el viento, y esto no contamina absolutamente nada.
Este tema ha sido y es ahora importante, y en mi casa se ha
hablado mucho de él, por ello ahora sé que tanto el gas natural como los
aerogeneradores y las placas fotovoltaicas son diferentes formas de producir energía
de la manera más “limpia” posible y con poca contaminación para el medio
ambiente.
Estas energías limpias son sistemas de producción de la
misma excluyendo cualquier tipo de contaminación, o también, la gestión mediante
la que nos deshacemos de todos los residuos peligrosos para nuestro planeta. Las
energías limpias están ahí y son, además de aquellas que no generan residuos,
un sinónimo de fuentes energéticas que respetan el medio ambiente.
Clase práctica 19 noviembre
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